Según Max Arriaga Director de Materiales Educativos de la SEP y representante de la Secretaria de la SEP, comentó: “Nuestro actual sistema educativo es Neoliberal… la SEP es una institución burocratizada y deshumanizada… podría señalar centenares de problemas sociales del modelo neoliberal, meritocrático, conductista, punitivo, patriarcal, racista, competencial, colonial, inhumano, y clasista que se ha generado; todo para generar un modelo meritocrático, elitista, patriarcal y racista que utiliza la educación como un factor de legitimación de la diferencia, del clasismo, y de la supuesta movilidad social. Necesitamos un modelo de educación libertario, humanista, que termine con el racismo, con las pruebas estandarizadas que segregan a la sociedad… este nuevo modelo eliminará los exámenes de evaluación internacionales, y va a alinear sus objetivos a los propósitos de la 4ª Transformación”.
Mucho que analizar sobre los comentarios que preocupan al sector educativo de México. Según el funcionario, se creará un modelo “alejado de las evaluaciones internacionales”, nada más delicado para un país que dejar de compararse con quienes tienen buenos resultados, pues, aunque estos exámenes son solo un parámetro, generalmente los países que están en los primeros lugares normalmente son los más innovadores, los que han logrado reducir la pobreza y quienes lideran el mundo desarrollado, por lo que dejar de compararnos es un atraso enorme para México, pues nunca sabremos si vamos bien o mal.
Tener un modelo educativo “libertario, humanista y sin racismo”, creo que es positivo, aunque considero que el sistema actual lo contiene, por lo que más bien estas declaraciones son simple demagogia para satanizar un sistema, que no ha funcionado por su enfoque, pero no por sus propósitos.
Que esté “alineado a los objetivos de la 4ª Transformación” me parece un atropello y un gran egocentrismo de nuestro presidente, pues la educación debe estar sustentaba en bases globales de lo que requiere un país para integrarse a una economía mundial compleja del presente siglo, y no a un ideario particular de un presidente que busca implantar una manera de pensar dentro de un país.
Seamos claros, la educación de México NO funciona porque está centrada en la memoria y NO en la innovación y en la generación de nuevo conocimiento, que es lo que genera valor en el siglo XXI, mientras esto no cambie, nuestro país está condenado a la pobreza y a la desigualdad, incluso peor que la actual. Necesitamos urgentemente pasar de una educación de datos a una educación de creación, una cultura maker, emprendedora, esa que usa la tecnología para impactar al mundo entero; y lamentablemente de ello no se habló absolutamente nada por parte del funcionario de la SEP.
Mientras nuestro presidente no entienda lo delicado del tema, seguirá buscando la manera para que el sistema educativo se convierta en el camino para que su “idea difusa de país” perdure en el tiempo, lo que nos llevará a seguir dando vueltas en modelos educativos que van y vienen, pero que nunca resuelven lo verdaderamente importante.